24 de julio de 2013

Capítulo 8



•Narra Bill:

(Tú) me interrumpió —de milagro— antes de que pudiera haber tenido sexo con Sasha. Estaba un poco emocionado, pues tenía unas grandes… Olvídalo. Cuando contesté el teléfono la noté muy enojada, furiosa… ¡hasta me cortó! Bueno, ella tiene también la culpa: me cachó in fraganti. Después de eso… quedé bloqueado.  Ya no me sentía con las suficientes ganas para… hacer eso. Sasha se fue y bueno… me quedé un poco intrigado.
     No sé cómo le hizo ella para evitar que yo hiciera eso. Es la primera vez que me pasa. Me cambié de ropa, salí de ese motel no sin antes haberle agradecido a la niña esa que prometió guardar el secreto de haberme visto con otra mujer… Bueno, tú me entiendes.
Subí a mi auto un poco preocupado. ¿Qué le pasaría a (Tú)? Una sensación de nervios y preocupación me invadieron poco a poco. Manejé rumbo a mi casa. No, no iría a buscarla como lo estaba haciendo en dos ocasiones anteriores. ¿Llamarla? Tampoco. Parecía ya que me está gustando y... no.
    Saco la foto de Frances y la coloco a un lado de mi vida. “Das asco: siempre que terminas de estar con una puta sacas la foto de tu ‘querida esposa’. ¿Qué irónico, no?”, replicó mi subconsciente. Niego con la cabeza. Ya tengo suficiente con (Tú). Aún recuerdo perfectamente lo que platicamos ayer: “— Vive tu vida: eres guapo, tiene trabajo, tienes tiempo de ocio, me tienes a mí para pasar buenos ratos—“. Ay, no. Yo no estoy guapo, estoy feo. Bien, la verdad tiene razón (Tú). Puede tener algo de razón en ciertos puntos, pero es que para ella es tan fácil decirlo…
    Llego a casa. Al entrar me encuentro el mismo ambiente de siempre: frío, sin luz, opaco y sucio. Cuelgo mi saco en un perchero que está en la esquina, lanzo las llaves del auto al sofá y antes de cerrar la puerta me encuentro con un periódico. Vaya, tiene bastante tiempo que no recibía uno. Salgo para tomarlo, regreso, entro y cierro la puerta. Mientras lo tengo en la mano me dirijo a la cocina en busca de algo de beber, ya que he acabado con todo el alcohol que tenía. Sirvo algo de jugo de manzana en un vaso y voy a sentarme a una silla de la barra de la cocina. Abro el periódico y casi escupo todo lo que traía en la boca cuando leí el encabezado:

¿EL MAGNATE EMPRESARIO BILL KAULITZ TENIENDO UNA NUEVA CONQUISTA?

     Con que esto era lo que trae a mil a (Tú). Ya entiendo todo. Frunzo el ceño mientras que mi vista se va primero a la foto: estoy yo entrando a la casa de (Tú), y estoy con la ropa ayer. Maldita sea: un maldito paparazzi me estuvo siguiendo. El pie de foto dice lo siguiente:

En esta foto se puede apreciar al empresario visitando a su novia. ¿Será que va en serio todo esto?

Después comencé a leer todo detenidamente. Creo que en todo el rato que lo leí estuve riendo. Me encanta el trabajo de los periodistas: son una porquería. Debería llamar a (Tú) ahora, pero seguramente no va a contestarme. Hice bien al darle mi número de teléfono. Ahora me va a matar, con más razón. Frunzo la boca, tratando de buscar una posible solución a este problema.
    Voy a ir a buscar a (Tú).
    “Pero primero báñate, asqueroso”, me regañó mi subconsciente.

* * *

Miro mi reloj. Son exactamente 2.30 pm. He tocado ya tres veces la puerta y no ha abierto la puerta, y sé que está ahí, porque está escuchando música. A un volumen muy alto. También ya le llamé dos veces… y nada. Debe estar bañándose, seguramente. Asiento con la cabeza para mí mismo y espero nuevamente. Detesto estar esperando a alguien o algo, pero ella será la excepción.
Me asomo por la ventana de la izquierda y ella está acostada en el sofá, mirando hacia mí. ¿Qué? ¿Ha estado ahí todo ese tiempo, y yo aquí de imbécil? Oh, (Tú): te mataré.

    Bill— ¡(Tú)! Abre, por favor —le dije.

    Ella me dijo algo, pero no le entendí. Creo que no me quiere: está que echa chispas la mocosa. ¿Tan enojada está? Bueno, insistiré en que me abra. Toco la ventana, esta vez más fuerte. Ella se levanta y se va.

    Bill— ¡Abre esa puerta! ¡No me dejes aquí! —exclamé indignado.

    Uno… Dos, y tres minutos pasaron para que regresara. Abrió la ventana y me miró con aburrimiento.

    (Tú)— ¿Y bien? —me dijo con frialdad.
    Bill— Supongo que ya te habrás dado cuenta de… la noticia… —dije.

    (Tú) ladeó la cabeza.

    Bill— Vengo a buscar una posible solución… contigo.

    ¡Carajo! ¿Yo he dicho eso? Mierda. (Tú) frunció el ceño pensativa, asintió y con un dedo me dijo que esperara un momento. ¡¿Más?! Ya he esperado lo suficiente. Bufo y camino a la puerta, que ya estaba abierta. Entro y ella no está. Minutos después siento que me cae algo en la cabeza.

    Bill— ¡Ey! No tienes por qué ser agresiva —murmuré, tallándome la cabeza—, yo no he tenido la culpa de esto.
    (Tú)— Solo me desahogué —dice divertida—. Y bien, ¿qué haremos con eso? —señaló el periódico.
    Bill— Todo lo que han puesto es mentira, a excepción de la foto. Bueno, ambos sabemos a que vine ayer —dije, con cierto aire de confusión.
    (Tú)— ¿Y qué propones? —me miró.

    Sus ojos color café se conectaron con los míos, hizo un leve recorrido desde mi cara hasta donde estaba el periódico. ¡Concéntrate, Bill! La verdad es que no tenía ni puta idea de que hacer, pero esperaba a que ella dijera algo.
“Entonces, a qué viniste, ¿Billy?”, me dijo mi subconsciente burlón, “¿A verla solamente?”. Niego con la cabeza. Ay, no. Claro que no.

    (Tú)— Di algo: el silencio me exaspera un poco —suspiró.
    Bill— Hablar con esos y darles dinero a cambio para que digan que es una total mentira —dije dudosamente.
    (Tú)— Eso los alborotaría más —murmuró. Algo estaba pensando. Se levanta del sofá y camina de un lado a otro—: pensarían que es una total verdad, y que solo quieres cubrir tu facha de mujeriego después de que tu esposa muriera, que en paz descanse —murmuró, con su dedo índice cruzando su boca. Mmm, esa boca. ¿Eh? ¿Qué has dicho, Kaulitz?—. Podrías también amen… No, eso es muy cobarde e idiota… O tal vez… No, eso tampoco —dice, pensativa—. Bill, ¿qué tan buenos abogados tienes? —me miro.
    Bill— ¿Cómo sabes que los tengo? —repliqué ceñudo.
    (Tú)— Solo responde y ya —bufó.
    Bill— Son muy buenos —comenté.
    (Tú)— Lo tengo, bueno, tengo dos opciones. Una: hacerles una jugada a los periodistas con tus abogados, algo así como una posible demanda por falsas acusaciones; correría en riesgo su trabajo y la empresa. Dos: hacer que no pasa nada. “El que nada debe, nada teme” —sonríe.

    Buenas opciones, aunque me iría con la primera. La segunda me parece ridícula: seguirían inventado más cosas sobre nosotros.

    Bill— ¿Y sí primero hacemos la segunda? Quiero decir, no hacer nada. Como tú dices, “el que nada debe, nada teme”… y si continúan ¿atacar legalmente? —la miré.

    Me mira un par de segundos, sonríe y me da un leve golpe en la cabeza con la mano. ¡Auch! Esta mocosa no mide su fuerza.

    (Tú)— Bien dicen que dos cabeza piensan mejor que una —dice sonriente—. ¿Y me enojé en vano? —se dijo a sí misma, regañándose— Eres increíble, (Tu nombre completo)
    Bill— Oye, ¿serías amable de ya no golpearme? No mides tu fuerza —hago un mohín.
    (Tú)— Lo del periódico fue por esto, y el golpe fue intencional. Tienes razón, no mido mi fuerza —dijo.

    Sonrío.

    Bill— Ya veo por qué me atacaste ayer —dije ofendido. Me gusta hacer drama. —. ¿Te gusta golpear a la gente? —la miro.
    (Tú)— Solo cuando estoy en situación de riesgo —se encoje de hombros—. Y bien, señor Kaulitz: ¿qué has hecho este día? Cuénteme —sonríe.
    Bill— ¿Esto es como cita con el psicólogo? —pregunto divertido.
    (Tú)— ¿Quieres que yo lo deduzca? —dice retadora— Ok, lo haré.

    Camina de un lado a otro, de un lado a otro; se detiene y me examina con la mirada: luce muy sería… Como si examinara una nueva creación digna de un buen científico. Con un dedo toca mi barbilla y alza mi cabeza. Frunzo el ceño. ¿Qué carajos está haciendo la mocosa esta? No digo nada. Quita su dedo y sonríe nuevamente. ¿Cuándo es que dejara de sonreír? Debo admitir que su sonrisa me gusta, y mucho. Sonríe con tanto goce, como si no hubiera problemas en su vida. Jamás había visto una persona así. Me tiene indignado.
    Se pone en cuclillas y suelta una risita. ¿Qué hay de gracioso? Lo único que ha hecho es mirarme… de una manera bastante especial. “Te gusta. Admítelo”, me dice mi subconsciente. Tú cállate, moral asquerosa.

    (Tú)— Estuviste con una mujer, bueno... o al parecer casi estuviste con una mujer, pero yo te detuve cuando te llamé: fuiste a tu casa totalmente intrigado e indignado; y seguramente viste la noticia del periódico cuando llegaste a tu casa, leíste la nota, te bañaste para que yo no sospechara de que hiciste cosas repugnantes antes de venir acá…, y ahora estás totalmente en estado de shock porque te he contado todo eso —sonríe burlona.

   Alzo mis cejas impresionado y mi mandíbula casi cae al suelo. ¿Cómo carajos…? No pude decir nada. Era cierto todo eso. Mierda, seguramente me ha de espiar… o pertenece a una red de espionaje.
(Tú) rió tranquila y se sentó a lado de mí.

    Bill— ¿¡Acaso me espías!? —exclamé.
    (Tú)— Entonces, ¿es cierto todo lo que dije? —hace un gesto de asombro—  ¡(Tu nombre completo)! Eres grande —dice orgullosa.
    Bill— ¿Qué? —es todo lo que logré decir.
    (Tú)— Bill, todo eso que te dije… me lo inventé. Para sacar a la luz la verdad, debemos hacer una que otra pequeña mentira para no darnos cuenta y vomitarlo todo —dice simple—. Vaya, a ti fácilmente te puedo engañar —frunce el ceño.
    Bill— Eres una bruja, (Tú) —digo en un susurro, asombrado.
    (Tú)— Gracias —dice.
    Bill— Me gustaría ser igual que tú: poder adivinarlo todo —digo.
    (Tú)— Es fácil —se encoje de hombros—: solo hay que tener práctica.
    Bill— Eso dices tú.

    (Tú) se levantó del sofá y fue a la cocina. Vaya, esa mocosa me sorprende cada día más. “—Solo hay que tener práctica—“.

    (Tú)— ¿Y qué tal tu empresa? ¿Todo bien? —dice.

    Frunzo el ceño. ¿Ahora sabe que tengo empresa hotelera? ¿Qué? ¿Sabe ahora cuántas veces voy al baño o qué? (Tú) salió de la cocina con dos latas de Coca-Cola, se sentó junto a mí y me dio una. La abre y le da un sorbo.

    Bill— ¿Cómo sabes que tengo una empresa hotelera? —dije.
    (Tú)— Uno: para eso existe Google ¿no? Y dos: yo nunca dije “empresa hotelera”, pero me alegra que lo hayas dicho. Así que, cuenta —dijo, atenta.
    Bill— Bueno —miro la lata de Coca-Cola y suspiro—: tengo a una persona encargada de ella. Solo voy a revisar como va todo 3 veces por mes —digo, encogiéndome de hombros.
    (Tú)— ¿Y ya? ¿Eso es todo? —dice sorprendida— Pero que aburrido… y pobre de ti: no haces nada —murmura.
    Bill— ¿Ah? —la miro.
    (Tú)— Quiero decir: tú eres el dueño, ¿no? Para eso estás: para revisar administración de dinero,  ganancias, pérdidas, número de empleados, número de renuncias, bla, bla, bla. Ser dueño de algo es muy importante, no debes dejar tu empresa ahí… “encargada a una persona” —niega con la cabeza. ¿Sabes? Eres muy estúpido —dice.
    Bill— ¡Oye! Ten cuidado con lo que dices —digo.
    (Tú)— Las verdades duelen, ¿o no?

    No digo nada. Creo que tiene razón. Después de que Frances murió no he hecho nada por la empresa: la dejé encargada con Roger, un colega mío. A lo que me he dedicado nada más es a estar con putas, beber, y beber. Soy un asco.

    (Tú)— ¿Por qué no regresas al mando? —sonríe— Te hará bien, Kaulitz.
    Bill— Mmm, bueno. No estoy seguro… me sentiré tonto ahí —digo, avergonzado.

    Me sentiría como estúpido ahí.

    (Tú)— Pues…, yo te recomiendo que ya no hagas tus visitas temporales. Haz algo ya, porque me desesperas al ver que solo metes el muñequito a la cueva y ya.
    Bill— ¿Solo meto el muñequito a la cueva? —digo extrañado— ¿Qué quieres decir con eso? —frunzo el ceño.

    (Tú) negó con la cabeza, rió y luego me dio un suave azote en la mano. ¿Qué significaría eso? ¿Tú lo sabes? Bueno, creo que tendré que investigarlo.











“Meter el muñequito a la cueva”, ¿qué será eso? Díganme ustedes que significa, chicas :trollface: .Gracias por leer (: .

5 comentarios:

  1. hola me gusto muxo el cap lo. ases muy bien me guusta que. bill y (tn) pelen muxxo eso me. encanta jajjajaja el muñequito ala cueva mm sera que solo juega y no ase mas que eso kreo k es eso aaa esttoy loka bueno oyep puedes recomendar my fic x fa bueno me despido wiii fui la. primera en leer ok me. calmo besos te cuidas bay :D

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  2. Hahhahahaha...No dejes de escrbir, eso me causo mucha graacia :P
    Cuidate

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  3. Ni idea, o quizá si pero no estoy segura, mejor me lo cayo
    Me encanta de verdad, espero lo próximo y disculpa si tardo en comentar, yo después me pongo al corriente con los capitulo ok
    Cuídate mucho bye.

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  4. jajajaajjaaj no sé que sera pero suena gracioso xD
    me encantooo
    espero el prox
    bye cte:)

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  5. jajajajaja me diverti con eso espero que el siguiente un beso

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Gracias por comentar(: