22 de junio de 2013

Prólogo

(Primero escuchen la canción)






Nunca me cansaba de escuchar esa canción. Describía totalmente mi situación. Maldito autor: lo odio. Odio esa canción, odio mi vida, odio a la puta sociedad. Siempre buscándome por mi maldito y asqueroso dinero. ¿De qué servía tener miles de miles de dólares? ¿De qué servía ser alguien de clase en esta sociedad? ¿De qué servía ser alguien importante? De nada. Nada servía sin ella. Nada sin mi preciosa Frances: mi bella esposa. “Ya no está aquí, estúpido”, me dijo mi subconsciente.
Termino de beber la última gota de la última botella de champagne rosa. Fue la última que quedó en casa después de haberme terminado todas las botellas de whisky y de vodka. No me importó si moría en estos momentos. Lo único que quería era irme de este mundo y estar ya con mi esposa. Mi preciosa Frances.
    Aviento la botella contra la pared. Salgo disparado de casa. Conseguir putas. Sí, eso podría venirme bien. Y seguramente tú dirás: “— ¿Cómo puedes estar con una puta y extrañando a tu esposa al mismo tiempo?”, pues… Aunque suena tonto, me ayuda a olvidar un poco mi depresión.
“Ir a buscar putas no servirá de nada, estúpido”, recalcó mi subconsciente. “Cállate, porquería de moral”, le respondí yo.
Veo doble. Estoy mareado. No importa. Debo conseguir a una mujer ya. Camino como idiota por toda la ciudad y me encuentro con una bola de matones, que me miran lascivamente mientras se acercan a mí rápidamente.
    —Maldita sea —murmuré.




Eh, bueno, acá está el prólogo. Recuerden, estará a preba por una semana. Ojalá les guste esta humilde historia. Gracias♥

1 comentario:

  1. Awww me encanto, muero por leer mas de verdad es muy interesante
    cuidate mucho bye

    ResponderEliminar

Gracias por comentar(: