26 de junio de 2013

Capítulo 1



•Narra (Tú):
“Otro día, otra moneda”. Río al recordar esa bonita frase de Bob Esponja. ¿Qué? Tiene toda la razón, o al menos para mí sí. Me gusta Bob Esponja. Sí, tengo 20 años y aún veo esas caricaturas.
   Comienzo a cantar suavemente ‘More tan words’ de Extreme. La letra de esa canción me gusta demasiado: linda tonada, linda letra, lindas voces de los chicos. ¿Te gusta a ti esa canción? ¿No? Pues deberías escucharla. Habla sobre que no basta solo con decirle “Te amo” a tu novio, sino que necesitas demostrárselo de otra manera. ¿Cómo? Solo tú debes saberlo: debes hacer que sea especial. Bueno, eso es lo que yo entiendo: no lo he hecho realmente. Aún no encuentro a mi chico especial. Y no, no me desespera saber eso: ya llevo más de 6 años esperando y nada. Tal vez algo bueno me llegará después.
“Mañana tienes clases de aikido”, me anoté en la mente. Ohh, aikido: una de las mejores defensas que he practicado. Mmm, tal vez el taekwondo es bueno, pero no como el aikido. Comencé a practicar aikido desde los 16 años, después de haber dejado el taekwondo. Estuve ahí por año y medio. Ahora llevo ya 4, casi 5 años en mi nueva defensa y me encanta. Las instalaciones son buenas, el maestro enseña a la perfección, mis compañeros son geniales. Me llevo bien con casi todos. Y el tonto rogón de Ricardo… Bueno, esa es otra historia.
    Termino de lavar el último traste de 1OO mil. Suspiro aliviada y me recargo en el fregadero. “Otro día, otra moneda”. Sonrío y me seco las manos con mi mandil blanco. Ya todos estábamos por salir del trabajo. Me cambio la ropa rápidamente y tomo todas mis cosas. Al salir me encuentro con el idiota de Santiago: mi amigo desde que llegué a Nueva York. Alto, buen porte, morenazo, ojos cafés, guapo. Lo que una chica podría desear, pero yo no. Para mí, él está feo, aunque otra no opinen lo mismo que yo.

    Santiago— ¿Lista, bitch? —me preguntó divertido.
    (Tú)— Yo siempre, baboso —sonreí.

    Soltamos unas risotadas. Así era nuestra dulce y bella amistad. ¿Te gusta, verdad? Por dentro sé que mueres por tener una amistad así. Bueno, o tal vez tienes una así, o varias así. ¿Genial, no? Además de llevarnos bien y de decirnos bellas palabras, nos contamos nuestras cosas siempre: lo que nos aflige, lo que nos preocupa, e incluso lo que nos pone de buenas. Él sabía mis secretos y yo los suyos. Una amistad como cualquier otra…
    Caminamos por las bastantes transitadas calles de Nueva York: los mismos autos, el mismo tráfico, la misma gente, la mista rutina. Platicamos Santiago de lo que ha acontecido en el mundo: los recientes meteoros caídos en Rusia, la economía caída de Grecia y demás países europeos, etcétera. ¿Qué? Es interesante a veces ver noticias. ¡Ja!

    Santiago— ¿A qué hora entras mañana a aikido? —me preguntó curioso.
    (Tú)— Mmm, a las 4 de la tarde —respondí.
    Santiago— Bueno, iré a verte sacando el fua —soltó una risita.
    (Tú)— ¿El fua? ¿Pero qué carajos es eso, Santiago? –le pregunté entre risas.
    Santiago— No sé, pero lo escucho siempre en el taekwondo —sonrió.

    Niego con la cabeza.
    Seguimos caminando hasta los barrios algo alejados de la ciudad. No, no son de esos donde abundan mucho los maleantes. Es tranquilo el lugar. Santiago siempre iba a dejarme hasta mi cada por “precaución”. Me gusta el lugar donde vivo: tranquilo, acogedor, lindo. Desde hace ya casi 4 años que me independicé de mi familia: fue un poco duro, pero aprendimos a vivir con ello. Mi abuela y mis tíos me llaman tres veces por semanas para saber cómo anda todo por acá. Les da alegría saber que me va bien y que aún sigo un poco obsesionada con los tipos de defensa.
    Miro la hora en mi reloj digital. 7:31 pm. Buena hora para llegar a casa.

    (Tú)— Deberías dejarme ya aquí —sugerí—, puedo irme sola.
    Santiago— Para nada, mocosa —dijo—. Te dejaré hasta la puerta de tu casa.

    Ya no dije nada. Santiago era como un segundo padre. Como en el no pude llegar a tener. Continuamos caminado por la calle principal hasta que vi a cuatro tipos acercarse sospechosamente a un hombre: no se veía muy bien la situación. ¿Estaba perdido? No lo creo. Seguramente estaba merodeando por aquí hasta que se topó con esos.
Agudizo la vista. No, esperen… Está borracho. Joder, eso suele pasar siempre. Y  lo peor es que se ve gente de buena clase. ¿Debo ayudarlo?

    Tú— Santiago, mira —le dije, señalando con la mirada a los cuatro tipos.
    Santiago— ¿Qué? Solo son cuatro tipos caminando y ya —dijo extrañado.

    Frunzo el ceño.

    (Tú)— No, baboso: van a hacerle algo al que tienen enfrente —dije con cierta preocupación.
    Santiago— Ay, (Tú): no seas tan dramática. Solo están caminando —dijo.
    (Tú)— ¿No lo ves o qué? Van a hacerle algo: además el otro se ve de buen dinero —murmuré.
    Santiago— (Tú), por favor. Deja de im…

    Y antes de que pudiera completar su frase me encaminé hacia donde estaban ellos. No sé, sentí miedo por lo que le pudieran hacer. ¿Quién no habría hecho eso?
    Santiago me sigue, murmurando quién sabe cuánta cosa. Camino rápido antes de que los cuatro tipos toquen o lo que sea al otro. Cuando llego sonrío falsamente y me acerco a él.
    Wow… ¿Me están jodiendo? Ese hombre se ve hermoso, pero… ¿Está tomado?

    Tú— ¡Ay, amigo! —exclamé fingiendo emoción. Joder, lo salvé de una muerte instantánea— Ya te habías perdido, ¿verdad? —lo miré sonriente— Menos mal que ya has llegado.

    Él me mira ceñudo, y los otros también.

    (Tú)— No seas tonto y ven, es por acá mi casa —sonreí—. Adiós, chicos.

    Jalo al precioso chico de larga melena rubia como león y él me sigue. ¿Vieron eso? ¿Lo vieron? Mierda. Por un momento pensé que el chico rubio pondría resistencia. ¡Wow! Esto estuvo cerca, demasiado cerca. El chico rubio comienza a balbucear muchas palabras, muchas que no logré comprender: estaba totalmente desorbitado. Y siempre mencionada “Frances”.
Sentí que Santiago me seguía, maldiciendo una y otra vez. Por algún momento no dejé de mirar al chico: estaba muy guapo. Traía una camisa blanca, unos pantalones cafés con tirantes sobre su camisa y unos zapatos cafés súper limpios: todo un hombre de clase.
    Como puedo hago que entre el chico rubio a mi casa, Santiago me ayuda; entramos los tres, cierro la puerta y el otro deja al chico en mi sillón color marrón. Mi casa no era lo mejor del mundo pero sobrevivía con ello. Era de tamaño mediano, color blanco y acogedora. Apenas estaba llenándola con pequeños muebles.

    (Tú)— Se ve terrible este tipo: está hasta las chanclas —dije asombrada.
    Santiago—Aún no entiendo el por qué de tu acto comunitario: lo hubiera dejado ahí solo —dijo él.

    Lo miro ceñuda.

    (Tú)— Me sorprendes que digas eso: ¿qué tal si en vez de ese hubiera sido yo? —pregunté indignada.
    Santiago— Bueno, pero este caso es diferente.
    (Tú)— Sonso —bufé.

    Comencé a preguntarle cosas al chico; él apenas y podía pronunciar unas cuantas palabras. Estaba súper perdido. Y siempre mencionaba “Frances”.  Santiago quiso quedarse conmigo, pero le sugerí que se fuera: yo cuidaría al precioso rubio. Se fue a los 2O minutos.

    (Tú)— Fuerza de voluntad, señor. Este hombre está bien guapo —murmuré. ¿Qué edad tendría este hombre? ¿25? ¿30?—: lástima que solo será hoy —suspiré.

    Lo dejé bien acostado en mi sofá y comienzo a hacerme de cenar y demás. En ningún momento dejé de perderle la vista: siempre estaba atenta a sus movimientos. Tan guapo durmiendo. Todavía miré la televisión un rato, fui a cepillarme los dientes, me cambié la ropa y lo arropé. Cerré todo perfectamente en mi casa. Ya debía ir a dormir, pero seguí mirando al rubio por unos minutos más.

    (Tú)– ¿Cómo te llamaras? —dije— Mínimo deberías decirme tu nombre —lo pensé—: que sonsa eres (Tú), él está borracho —niego con la cabeza para mí misma.

    Ya no tenía más que hacer, solo esperar hasta mañana para ver lo que hacía este tipo. Me fui caminando hasta mi cuarto con pesadez, no sin antes leer un buen tanto de mi libro ‘Desnuda – El Affaire Blackstone I’’ de Raine Miller. Excelente libro.





2 comentarios:

  1. hola soy nueva lectora me gusta tu fic esta muy interesante
    espero que subas la proxima ya quiero saber
    amiga si que dejas con la intriga ^^
    bueno ya te sigo y antes tengo una fic es
    http://matzuylizbethkaulitz.blogspot.com/
    se titula Dejame estar junto a tii en realidad necesito apoyo
    en fin me despido cuidate mucho bye besos

    ResponderEliminar
  2. Espero el siguiente capitulo, esta super interesante
    sigue mi fic!
    http://entrecolmillosyhechizos.blogspot.com/

    ResponderEliminar

Gracias por comentar(: